
ADICCIONES Alteraciones psíquicas y anímicas
No todas las adicciones están definidas por una droga. Existen determinadas conductas que pueden tornarse adictivas, en las cuales el individuo no es capaz de controlar sus impulsos. A la pérdida de control se suma la merma de la calidad de vida al verse afectadas diferentes esferas:
Existen muchos y muy diversos tipos de adicciones, e incluso hay adicciones particulares, por ejemplo, existen personas adictas a alimentos adictivos como la coca-cola, el café, los chocolates o a ciertos hábitos o rutinas.
Ejemplos de adicciones:
Ludopatía: adicción patológica a los juegos, donde el individuo experimenta una gran dificultad para reprimir sus impulsos que lo lleven a este tipo de conductas. Esta realidad desencadena graves consecuencias en la vida personal y social.
La ciberadicción: podría calificarse como una especie de “pariente” de la ludopatía, ya que se trata de una conducta adictiva relacionada con el juego patológico, donde existe un uso problemático de Internet. La persona no tiene la capacidad de frenar el uso prolongado y reiterativo de la red, generando un patrón adictivo que lo afecta en el área familiar, social, académica o laboral, es decir, en la vida off line.
Adicción al sexo o desorden hipersexual: trastorno de la salud mental que los lleva a aumentar de manera patológica su actividad sexual, frente a situaciones adversas como el estrés o la depresión. El deseo sexual logra dominar todos los aspectos de la vida del individuo.
Compra compulsiva: no sólo es consecuencia del consumismo, sino más bien de una adicción gatillada por problemas psicológicos, frustraciones e insatisfacciones profundas que buscan ser combatidas con la adquisición de nuevos objetos.
Farmacodependencia: en la mayoría de los casos, las adicciones son producidas por la utilización de sustancias psicoactivas porque la persona espera beneficiarse de su uso, ya sea para tener una experiencia placentera o para evitar el dolor. El beneficio no necesariamente se obtiene en forma directa de la acción psicoactiva de la sustancia. Quien bebe cerveza con los colegas puede estar más motivado por el sentimiento de camaradería que esto produce, que por el efecto psicoactivo del etanol. A pesar de sus beneficios reales o aparentes, el empleo de sustancias psicoactivas también conlleva, un potencial de daños. Estos daños pueden ser resultado de la cantidad acumulativa de la sustancia psicoactiva usada; por ejemplo, el efecto tóxico del alcohol que produce cirrosis hepática.
¿A que llamamos drogas?
Según la OMS, definen como droga a “toda sustancia que introducida en el organismo vivo puede modificar una o varias de sus funciones alterando los pensamientos, emociones, percepciones y conductas en una dirección que pueda hacer deseable repetir la experiencia, pudiendo provocar mecanismos de tolerancia y dependencia”. Tanto el alcohol como el tabaco son drogas legales. Ambas, son las causantes de la mayor cantidad de muertes evitables en la actualidad. La diferencia principal del tabaco y el alcohol con las demás drogas sociales como la marihuana y la cocaína, se presenta en la facilidad de su adquisición. La disminución en la percepción sobre los riesgos que corren al consumir estas drogas ha aumentado su consumo, la marihuana puede ser una puerta de entrada al consumo de drogas más fuentes.
Drogodependencia: se refiere al consumo de cualquier sustancia psicotropa o psicoactiva, sustancias ilegales, como cocaína o heroína, y sustancias legales como alcohol o determinados medicamentos con o sin receta médica. La drogodependencia provoca, en la mayoría de los casos, “síndrome de dependencia”, y hoy la entendemos como un fenómeno multicausal, es decir, que incluye factores sociales, personales y biológicos en su origen. Un trastorno que en la mayoría de los casos provoca tolerancia y dependencia, pero sobre todo causa un gran sufrimiento a las personas que lo padecen. La raíz de la drogadicción no estriba en el producto, sino en la persona que llega a sentir su necesidad.
SÍNTOMAS
La persona cae en conductas obsesivas donde su energía, tiempo y atención giran en torno a la adicción. Algunos de los síntomas que se observan en la adicción son:
Desarrollo de tolerancia, lo cual implica que el individuo aumente progresivamente la cantidad de la droga para alcanzar el efecto deseado.
Aparición del síndrome de abstinencia (caracterizado por síntomas desagradables e intenso malestar al suspender la administración de la sustancia y que desaparecen cuando se vuelve al consumo).
Deseos y pensamientos persistentes de usar la droga, acompañados de esfuerzos inútiles para frenar o controlar la administración de ella.
La persona destina gran cantidad de su tiempo para la obtención y consumo de la sustancia.
Conflictos familiares, académicos, laborales, sociales e incluso económicos, donde existe un deterioro y una reducción del tiempo destinado a las actividades pertenecientes a esos ámbitos.
Consumo de la droga pese a las consecuencias físicas y psíquicas que produce en el individuo.
TRATAMIENTO
Es importante entender la adicción como una enfermedad crónica que merece igual consideración que otros tipos de patologías. El diagnóstico y el tratamiento son fundamentales para que la persona recupere el autodominio, a través de la educación, la abstinencia y el control de los factores de riesgo. No existe un tratamiento único para todas las personas, idealmente el tratamiento debe ser integral que abarque los aspectos físicos, emocionales y psicológicos, debe existir una combinación adecuada entre los fármacos y la psicoterapia que logre solucionar el problema médico, psicológico y social del afectado. Actualmente, la evidencia empírica señala que el tratamiento para las adicciones más efectivo es la psicoterapia orientada a la introspección y autoconocimiento.
De esta manera, la persona no sólo recuperará su salud, sino también su autoestima, dignidad y calidad de vida.
Existen muchos y muy diversos tipos de adicciones, e incluso hay adicciones particulares, por ejemplo, existen personas adictas a alimentos adictivos como la coca-cola, el café, los chocolates o a ciertos hábitos o rutinas.
Ejemplos de adicciones:
Ludopatía: adicción patológica a los juegos, donde el individuo experimenta una gran dificultad para reprimir sus impulsos que lo lleven a este tipo de conductas. Esta realidad desencadena graves consecuencias en la vida personal y social.
La ciberadicción: podría calificarse como una especie de “pariente” de la ludopatía, ya que se trata de una conducta adictiva relacionada con el juego patológico, donde existe un uso problemático de Internet. La persona no tiene la capacidad de frenar el uso prolongado y reiterativo de la red, generando un patrón adictivo que lo afecta en el área familiar, social, académica o laboral, es decir, en la vida off line.
Adicción al sexo o desorden hipersexual: trastorno de la salud mental que los lleva a aumentar de manera patológica su actividad sexual, frente a situaciones adversas como el estrés o la depresión. El deseo sexual logra dominar todos los aspectos de la vida del individuo.
Compra compulsiva: no sólo es consecuencia del consumismo, sino más bien de una adicción gatillada por problemas psicológicos, frustraciones e insatisfacciones profundas que buscan ser combatidas con la adquisición de nuevos objetos.
Farmacodependencia: en la mayoría de los casos, las adicciones son producidas por la utilización de sustancias psicoactivas porque la persona espera beneficiarse de su uso, ya sea para tener una experiencia placentera o para evitar el dolor. El beneficio no necesariamente se obtiene en forma directa de la acción psicoactiva de la sustancia. Quien bebe cerveza con los colegas puede estar más motivado por el sentimiento de camaradería que esto produce, que por el efecto psicoactivo del etanol. A pesar de sus beneficios reales o aparentes, el empleo de sustancias psicoactivas también conlleva, un potencial de daños. Estos daños pueden ser resultado de la cantidad acumulativa de la sustancia psicoactiva usada; por ejemplo, el efecto tóxico del alcohol que produce cirrosis hepática.
¿A que llamamos drogas?
Según la OMS, definen como droga a “toda sustancia que introducida en el organismo vivo puede modificar una o varias de sus funciones alterando los pensamientos, emociones, percepciones y conductas en una dirección que pueda hacer deseable repetir la experiencia, pudiendo provocar mecanismos de tolerancia y dependencia”. Tanto el alcohol como el tabaco son drogas legales. Ambas, son las causantes de la mayor cantidad de muertes evitables en la actualidad. La diferencia principal del tabaco y el alcohol con las demás drogas sociales como la marihuana y la cocaína, se presenta en la facilidad de su adquisición. La disminución en la percepción sobre los riesgos que corren al consumir estas drogas ha aumentado su consumo, la marihuana puede ser una puerta de entrada al consumo de drogas más fuentes.
Drogodependencia: se refiere al consumo de cualquier sustancia psicotropa o psicoactiva, sustancias ilegales, como cocaína o heroína, y sustancias legales como alcohol o determinados medicamentos con o sin receta médica. La drogodependencia provoca, en la mayoría de los casos, “síndrome de dependencia”, y hoy la entendemos como un fenómeno multicausal, es decir, que incluye factores sociales, personales y biológicos en su origen. Un trastorno que en la mayoría de los casos provoca tolerancia y dependencia, pero sobre todo causa un gran sufrimiento a las personas que lo padecen. La raíz de la drogadicción no estriba en el producto, sino en la persona que llega a sentir su necesidad.
SÍNTOMAS
La persona cae en conductas obsesivas donde su energía, tiempo y atención giran en torno a la adicción. Algunos de los síntomas que se observan en la adicción son:
Desarrollo de tolerancia, lo cual implica que el individuo aumente progresivamente la cantidad de la droga para alcanzar el efecto deseado.
Aparición del síndrome de abstinencia (caracterizado por síntomas desagradables e intenso malestar al suspender la administración de la sustancia y que desaparecen cuando se vuelve al consumo).
Deseos y pensamientos persistentes de usar la droga, acompañados de esfuerzos inútiles para frenar o controlar la administración de ella.
La persona destina gran cantidad de su tiempo para la obtención y consumo de la sustancia.
Conflictos familiares, académicos, laborales, sociales e incluso económicos, donde existe un deterioro y una reducción del tiempo destinado a las actividades pertenecientes a esos ámbitos.
Consumo de la droga pese a las consecuencias físicas y psíquicas que produce en el individuo.
TRATAMIENTO
Es importante entender la adicción como una enfermedad crónica que merece igual consideración que otros tipos de patologías. El diagnóstico y el tratamiento son fundamentales para que la persona recupere el autodominio, a través de la educación, la abstinencia y el control de los factores de riesgo. No existe un tratamiento único para todas las personas, idealmente el tratamiento debe ser integral que abarque los aspectos físicos, emocionales y psicológicos, debe existir una combinación adecuada entre los fármacos y la psicoterapia que logre solucionar el problema médico, psicológico y social del afectado. Actualmente, la evidencia empírica señala que el tratamiento para las adicciones más efectivo es la psicoterapia orientada a la introspección y autoconocimiento.
De esta manera, la persona no sólo recuperará su salud, sino también su autoestima, dignidad y calidad de vida.
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