
DISLEXIA: ¿Cómo identificar y tratar este trastorno del aprendizaje?
Poco se conoce acerca de la dislexia y de cómo podemos identificarla, especialmente en niños en etapa escolar, que muchas veces presentan dificultades para hablar, leer o aprender el significado de ciertas palabras, ante lo que, no siempre, los padres le dan la importancia que tiene.
Antes que todo, es necesario entender que la dislexia es un trastorno del aprendizaje que influye en la parte comunicativa lingüística y de habla, donde se afectan tres patrones: la lectura, la escritura y la ortografía. Se presenta en la etapa escolar básica, alrededor de los 7 años de edad y, a juicio de la fonoaudióloga del Centro Terapéutico Melipilla, Jennifer Cabello, mientras más temprano se actúe ante su presencia, menores serán los efectos a futuro. “Estas consecuencias son, en niños, a nivel académico, el que se ve sustancialmente por debajo de lo esperado para la edad cronológica del menor y, en una edad mayor, inciden en las actividades de la vida diaria o laborales del adulto”, acota.
“Si hay dislexia o no, lo determina un psicólogo o neurólogo. Para que exista el diagnóstico no debe haber trastornos mentales, ni síndromes o daños neurológicos. Por eso la dislexia entra en un trastorno especifico del aprendizaje”, explica la profesional.
En palabras simples, la causa de esta condición se podría basar en la presencia de un factor del neurodesarrollo o de inmadurez cerebral que impide que haya buena codificación. De esta forma, se dan vuelta las palabras, se omiten o cambian letras o, simplemente, no hay buena relación entre sílabas.
“Existen diversos grados de severidad según la cantidad de ayuda que necesita el niño y según su nivel de comprensión. Lo más esperable es que en el colegio, los profesores deberían percatarse de que algo no anda bien en este sentido para derivar al niño al especialista adecuado – psicopedagogo – con el objetivo de hacer una intervención temprana y de ver las dificultades del niño a nivel general”, dice la fonoaudióloga.
En ese plano, sugiere siempre comenzar a evaluar un eventual caso a nivel comprensivo. “Si uno no comprende algo va a ser difícil expresarlo en forma correcta. Por ejemplo, si el niño entiende los artículos, verbos y sustantivos avanzará a otra etapa. El objetivo es que el niño logre un aprendizaje correcto de las palabras y las comprenda. La base es la comprensión y depende del nivel de lenguaje en que el niño esté”, define.
Jennifer Cabello advierte que es muy importante, previo al diagnóstico de dislexia, descartar alguna patología auditiva, neurológica, síndromes y también analizar el contexto social, porque, según indica, si un niño vive en un entorno de riesgo social no se le puede exigir que sepa el significado de una palabra que nunca ha escuchado. También se debe estar atento a las funciones cognitivas (atención, memoria y resolución de problemas, con pruebas objetivas o subjetivas) siempre partiendo de lo básico.
“Siempre hay que favorecer la intervención temprana. Según la bibliografía esta es una condición que en algún momento se va a volver a manifestar. Es importante fomentar y ayudar desde el nivel donde está el niño, potenciando sus habilidades, porque no porque tenga dislexia no va a cantar, bailar o pintar bien. Debemos tomar esas habilidades para un mejor avance y desarrollo de una estrategia de aprendizaje personalizada”, finaliza.
JENNIFER CABELLO M.
Licenciada en Fonoaudiología
Fonoaudióloga
Centro de Salud y Bienestar
Antes que todo, es necesario entender que la dislexia es un trastorno del aprendizaje que influye en la parte comunicativa lingüística y de habla, donde se afectan tres patrones: la lectura, la escritura y la ortografía. Se presenta en la etapa escolar básica, alrededor de los 7 años de edad y, a juicio de la fonoaudióloga del Centro Terapéutico Melipilla, Jennifer Cabello, mientras más temprano se actúe ante su presencia, menores serán los efectos a futuro. “Estas consecuencias son, en niños, a nivel académico, el que se ve sustancialmente por debajo de lo esperado para la edad cronológica del menor y, en una edad mayor, inciden en las actividades de la vida diaria o laborales del adulto”, acota.
“Si hay dislexia o no, lo determina un psicólogo o neurólogo. Para que exista el diagnóstico no debe haber trastornos mentales, ni síndromes o daños neurológicos. Por eso la dislexia entra en un trastorno especifico del aprendizaje”, explica la profesional.
En palabras simples, la causa de esta condición se podría basar en la presencia de un factor del neurodesarrollo o de inmadurez cerebral que impide que haya buena codificación. De esta forma, se dan vuelta las palabras, se omiten o cambian letras o, simplemente, no hay buena relación entre sílabas.
“Existen diversos grados de severidad según la cantidad de ayuda que necesita el niño y según su nivel de comprensión. Lo más esperable es que en el colegio, los profesores deberían percatarse de que algo no anda bien en este sentido para derivar al niño al especialista adecuado – psicopedagogo – con el objetivo de hacer una intervención temprana y de ver las dificultades del niño a nivel general”, dice la fonoaudióloga.
En ese plano, sugiere siempre comenzar a evaluar un eventual caso a nivel comprensivo. “Si uno no comprende algo va a ser difícil expresarlo en forma correcta. Por ejemplo, si el niño entiende los artículos, verbos y sustantivos avanzará a otra etapa. El objetivo es que el niño logre un aprendizaje correcto de las palabras y las comprenda. La base es la comprensión y depende del nivel de lenguaje en que el niño esté”, define.
Jennifer Cabello advierte que es muy importante, previo al diagnóstico de dislexia, descartar alguna patología auditiva, neurológica, síndromes y también analizar el contexto social, porque, según indica, si un niño vive en un entorno de riesgo social no se le puede exigir que sepa el significado de una palabra que nunca ha escuchado. También se debe estar atento a las funciones cognitivas (atención, memoria y resolución de problemas, con pruebas objetivas o subjetivas) siempre partiendo de lo básico.
“Siempre hay que favorecer la intervención temprana. Según la bibliografía esta es una condición que en algún momento se va a volver a manifestar. Es importante fomentar y ayudar desde el nivel donde está el niño, potenciando sus habilidades, porque no porque tenga dislexia no va a cantar, bailar o pintar bien. Debemos tomar esas habilidades para un mejor avance y desarrollo de una estrategia de aprendizaje personalizada”, finaliza.
JENNIFER CABELLO M.
Licenciada en Fonoaudiología
Fonoaudióloga
Centro de Salud y Bienestar
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